Recientemente nuestro hijo nos hizo la siguiente pregunta: “¿Qué profesión creen ustedes ofrece el mejor salario? ¿Antropología, Arqueología o Derecho?” El va a iniciar la secundaria próximamente y estamos muy orgullosos de él por estar pensando en esto con anticipación.
Puedo entender que desee ganar mucho dinero, igual que todos. Pero como la gran mayoría de la gente, y esto no importando la edad, está perdiendo de vista lo principal. Simplificando, no importa cuánto dinero hagas, si no estas feliz, nunca será suficiente. Yo quería ser periodista. Siempre me encantó escribir e hice un internado como reportero de noticias en la universidad. Ese era el tipo de trabajo que disfrutaba.
Al finalizar mis estudios universitarios mi padre me ofreció trabajar para él. Sentí cierta obligación de seguir sus pasos y siendo perfectamente honesto, el salario para un tipo de mi edad era bastante atractivo. Yo quería casarme y formar una familia, así que acepté el trabajo.
En los años subsiguientes envié gran cantidad de currículos a algunas cadenas de noticias, periódicos y revistas. Nunca pude conseguir un empleo que llenara mis expectativas. Tenía una familia con hijos pequeños y el salario inicial para un novato era horrible.
En aquel entonces, yo hacía mucho más dinero que cualquier persona de mi edad. Viajaba con frecuencia y básicamente tenía todo lo que siempre había querido, pero me sentía miserable. No estaba logrando desarrollar mi potencial y honestamente me era dificil mirarme al espejo. Literalmente.
En 1998 mi esposa me dejó inesperadamente, llevándose a mis hijas miles de millas lejos de mi. Me desplomé y quedé en una esquina oscura por más de ocho meses. Sumido en una profunda depresión, me la pasaba bebiendo y comiendo pretzels. Perdí más de 30 libras. El día en que me vi caer mientras subía las escaleras, fue el día en que me di cuenta que las cosas tenían qué cambiar. Busqué profundo dentro de mi ser y me pregunté sobre lo que verdaderamente quería hacer, quién quería ser. Me encontraba en la posición perfecta para tomar decisiones que cambiarían mi vida por completo.
Dejé mi trabajo sin tener siquiera idea de lo que haría para vivir. No tenía un camino lógico a seguir. Simplemente sabía que tenía que ser honesto conmigo mismo. En aquel tiempo, internet comenzaba a estar de moda y yo lo había comenzado a explorar un poco. Me proporcionó experiencia en codificación de páginas de internet, creación de gráficos y redacción. Todo lo que yo tanto disfrutaba hacer.
Durante los próximos dieciséis años continué perfeccionando estas habilidades. Mi redacción mejoró, mis gráficos cobraron vida propia y me mantuve acorde a la tecnología del internet. Ahora me encuentro en una posición que nunca habría imaginado. Todas esas cosas se han manifestado como vitales. Escribo artículos especializados, diseño materiales promocionales y funjo como director de redes y experto técnico promoviendo mi propio negocio. Finalmente mis sueños se han hecho realidad. Todos esos años hicieron que me diera una oportunidad. Descubrí que mi felicidad era más importante que la cantidad de dinero que pudiera hacer.
Creo que disfruto de mucho más prosperidad que otras personas quienes incesante e incansablemente andan persiguiendo el dinero. Tengo una esposa maravillosa que me quiere y se desvive por mi bienestar. Tengo unos hijos inteligentes y bien adaptados desarrollando sus vidas. Tengo un trabajo que amo. Nunca he sido más feliz con mi vida que ahora.
Así que la respuesta a mi hijo es fácil. “¿Cuál de estas cosas te proporcionará más satisfacción personal?”
Si basamos nuestras metas profesionales en la cantidad de dinero que haremos, nos ponemos en situación propicia para terminar sintiéndonos infelices. Yo tenía treinta y ocho años cuando decidí seguir mis sueños. Miro atrás sin el más mínimo remordimiento, a pesar de que puedo asegurar el viaje ha sido largo y difícil. Han habido momentos en que no podía mantener las luces prendidas y estuve comiendo paquetes de fideos ramen por semanas.
Busca en lo profundo de tu interior y descubre lo que en verdad quieres en la vida, qué te hace verdaderamente feliz y entonces, fija tu mente a alcanzar esos sueños. Persevera. Obtén la educación requerida, la experiencia que necesitas y permanece fiel a tus ambiciones.
Mantén firmes tu voluntad y determinación. Cree en ti mismo. Invierte en ti mismo. Todos podemos cambiar nuestras estrellas y lo único que nos detiene es nuestra propia persona.
