ARTÍCULOS

En La Encrucijada

La vida se trata de opciones.

Hay un montón de opciones tomadas a diario que relativamente no tienen impacto alguno. Mayormente es así porque ya hemos internalizado un conjunto básico de directrices a seguir. Decidimos a qué hora levantarnos por la mañana, qué vamos a desayunar, qué ropa nos vamos a poner o qué ruta tomar para ir al trabajo, así como también lo que decimos a las personas en respuestas a sus comentarios y preguntas. La mayoría de estas opciones son decisiones que tomamos con el piloto automático. No tenemos que pensar en ello porque hemos establecido pautas por las cuales nos regimos sin siquiera percatarnos.

Algunas elecciones se convierten en formas de hábitos; lo que vemos en la televisión, productos que compramos, alimentos que comemos y bebemos. En algún punto tuvimos qué elegir todas estas cosas, pero en su mayor parte se convirtieron en respuestas rutinarias que tendemos a dar sin pensar. Estas son elecciones fáciles.

Luego llegamos a un punto en nuestras vidas donde nos damos cuenta que nuestras decisiones son profundas. Tenemos que decidir entre una Universidad u otra, o qué carrera profesional hemos de seguir. Debemos decidir si vamos a castigar a un niño por los errores cometidos y cómo. Tenemos que decidir si aceptar una propuesta matrimonial o terminar la relación con esa persona porque aparentemente sus percepciones y puntos de vista no encajan con los nuestros. Tenemos que tomar decisiones duras que a veces cambiarán todas nuestras vidas. Todo esto es mucho más profundo cuando tenemos que tomar decisiones que van en contra de lo que queremos, lo que creemos y lo que sentimos.

En algunos casos, no contamos con el lujo del tiempo. A veces tenemos horas, minutos o solo un momento para tomar decisiones que cambian toda la existencia. En otras ocasiones estamos en un punto donde no tenemos que hacer ninguna elección, lo cual es igualmente una forma de decisión.

Ante la incertidumbre, nos vemos frente a los caminos por donde nos lleva cada opción, tratando de discernir cuál nos dirigirá al destino más cómodo, productivo y gratificante. Nos detenemos a ponderar los detalles mientras contemplamos el viaje y el destino ante nosotros. Inevitablemente nos encontramos admitiendo que no tenemos forma de saber lo que se encuentra al final de cada uno. Por más que nos pongamos a pensar, calcular, evaluar, sopesar y razonar usando nuestras mejores habilidades, no podemos saber realmente hacia dónde nos lleva cada camino al final. Sabemos que no somos capaces de predecir el futuro y luchamos con estas opciones porque igualmente sabemos que no podemos cambiar el pasado. Una vez que la decisión es tomada se convierte en parte de nuestra historia. Adicionalmente se convierte también en referencia de buenas o malas decisiones.

Lo más importante a tener en cuenta cuando estamos frente a un cruce de caminos, es el reconocer que estamos ante la intersección de dos vías. Algunas personas avanzan sin pensar, sin siquiera darse cuenta de las opciones que tuvieron ante ellos. Otros caen literal o figuradamente de rodillas sumidos en la desesperación y confusión. Encuentran prácticamente imposible el poder tomar una decisión; están paralizados ante sus opciones.

La respuesta a cualquier dirección que tomamos tiene poco o nada que ver con el momento. La encrucijada siempre depende de hacia dónde queremos ir. Tenemos que decidir cuál camino nos acerca a nuestra meta y cuál nos aleja de ella.

Si queremos perder peso tenemos que escoger entre la comida con grasa o la comida saludable y la cantidad que comeremos. Si queremos ahorrar dinero para nuestros sueños tenemos que escoger entre poner ese dinero a un lado o gastarlo poco a poco en frívolas satisfacciones momentáneas. Ya sea que queramos tener matrimonios estables, una familia feliz, hijos exitosos o carreras profesionales gratificantes, tenemos que ser fieles a nuestros objetivos. Tenemos que basar nuestras elecciones en nuestras metas, no en el premio o gratificación del momento. Tenemos que mantener claro el panorama en nuestras mentes.

Más qué tratarse de elecciones, la vida se trata de objetivos o metas. Cuando establecemos nuestras metas tenemos que esculpirlas en piedra y tener la determinación de lograrlas. Es entonces cuando podremos ver claramente nuestras opciones.

Cuando estés ante cualquier encrucijada, recuerda que solo hay una opción; seguir tus metas y alcanzar tus sueños. Hacer cosas que te acerquen a tus objetivos, y evitar lo que te desvíe o lleve por el camino equivocado.

CONTÁCTENOS

Los Sueños no funcionan a menos que usted los haga funcionar.
Dé el primer paso hacia conquistarse a sí mismo y contáctenos hoy.

Información de Contacto

Emocional Café
Un servicio de Outsource Initiatives
Ocala, Florida, USA
Teléfono: (407) 279.7373
Correo Electrónico: xio@outsourceinitiatives.com